La hora de aprender y desafiar
En este contexto de los inicios del 2021, el debate sobre la educación no se detuvo. Es complejo abstraerse de la Pandemia y sus efectos, de las problemáticas de la presencialidad y de la fortaleza de la Educación a Distancia (EaD) con sus plataformas. Pero, problemas de accesibilidad de estudiantes y docentes, no nos garantizaron durante el 2020 que todos pudieran seguir aprendiendo al ritmo necesario, aún en los adolescentes. Los pequeños, seguramente han sentido aún más el aislamiento, sin dejar de tener en cuenta los efectos en las familias.
El Sistema Educativo Argentino ha sido desafiado, mostrando
una cara de la realidad: no todo se pudo resolver como se quería ni todos
pudieron aprender. Cifras nacionales y de cada jurisdicción nos muestra que
existieron porcentajes de alumnos que “no aprendieron mucho”, o lo que es peor,
“no aprendieron”. ¿Estábamos preparados para esto? Obviamente, no.
Ahora retomamos el año con novedades de diferente índole
(vacunas; nuevos protocolos; alarmas de una segunda ola; etc.), pero pareciera indicar
que el Sistema Educativo Argentino se enfrenta a complejas demandas de Padres;
Alumnos; Docentes; Directivos y de otros actores como los Gremios y los Políticos,
por ejemplo. ¿Cuál es el destino de nuestros estudiantes durante este año?
Cada profesión vive ciertas tensiones que los demás
reconocemos como las específicas, y sin lugar a dudas, no es igual conocer de
un tema que ser experto. Los médicos se desviven por salvar vidas, intentando
que otras personas consigan la salud deseada de ser posible. Aplica
procedimientos; recursos de diferentes tipos e intenta que el fin (la salud)
sea algo logrado por ambos: paciente y médico. Un Carpintero, se esmera en
lograr que el mueble por él diseñado y fabricado, cumpla con los distintos
requisitos para asegurar que el “cliente” se encuentre satisfecho. Aplica sus
procedimientos y recursos para llegar al final de la tarea satisfecho, pudiendo
afirmar con el cliente que era lo deseado/esperado, por ambos.
En educación ¿ocurre algo parecido? Si escuchamos a ciertas
personas de los diferentes medios y redes, encontraremos distintas versiones de
lo que pasa. Sólo se puede enseñar en la Presencialidad, sólo se puede estudiar
con Tecnologías en EaD; sólo se puede dar clase en un espacio abierto; sólo se
pude enseñar un número limitado de personas; sólo se puede…
Si se me permite, retomando los ejemplos del médico y
carpintero, los docentes focalizamos nuestras acciones / tareas, en relación con
lo que el estudiante necesita (contenidos; herramientas; competencias;
habilidades; etc.) Le ofrecemos un proceso educativo controlado, a cada alumno
del curso y del nivel educativo, con actividades que debe realizar para adquirir
eso que necesita. Luego lo evaluamos. Pero ¿estamos al final del proceso contento
Alumnos y Docentes? En el contexto de aislamiento ¿estamos satisfechos ellos y
nosotros con lo que hemos logrado? Obvio que no. La educación no es un proceso
perfecto de “enseñanza” y “adquisición de contenidos”, pero puede ser un proceso
perfectible de “enseñanza desafiante” en donde “emergen aprendizajes” que a
todos (incluido padres y directivos) nos pueden dejar satisfechos.
Pero para buscar esa satisfacción en la educación debemos
recordar lo que hacemos cotidianamente, mirar lo que enseñamos con tensión en
el problema del Aprendizaje. Y en este punto, tal vez encontremos una pista
para encarar la realidad venidera del 2021. Esto es más complejo de lo que uno
cree (y muchos comunicadores ni siquiera saben, más que lo que vivieron en su
experiencia de alumnos…) Si el estudiante no quiere aprender, no lo hace. Si la
familia no apoya la tarea educativa, seguramente no se logrará mucho. Si los
directivos no apoyan y orientan a estudiantes y docentes, se vuelve complicado
aprender. Si los otros actores del sistema educativo, sólo “emiten juicios” o
proponen “normas desde un escritorio”, seguramente será complejo generar aprendizajes
para todos.
Pero, qué ocurre si a los actores principales del sistema educativo
les preguntamos ¿cómo conseguimos que a fin del 2021 sus estudiantes (de cada
institución educativa) alcancen sus aprendizajes? No sería lógico que equipos
directivos (con años de estudio y experiencia) junto a docentes (idem,
capacitados y probados en diferentes problemáticas de la educación) resuelvan
el problema de Conseguir que los alumnos Aprendan. ¿No sería lógico?
Al Médico no le digo cómo operar y medicar; al Carpintero no
le digo que madera seleccionar para tal o cual mueble. Pero a los docentes y
directivos se les dice lo que tienen que hacer y cómo, para la Presencialidad o
la Distancia. ¿No es paradójico?
Es tal vez la hora que el sistema educativo (con
intervención y apoyo de todos, incluido padres y alumnos) tome de una vez por
todas el desafío de resolver esta complejidad. Luego vendrán las acciones
posibles y recomendables para los diferentes alumnos/nivel; para los distintos espacios
disponibles, para las variadas actividades presenciales o a distancia que se
focalicen en el estudiante. Luego surgirán los pedidos de conectividad para algunas
familias, mientras que otras deberemos darle la contención presencial que
necesitan, y en ese momento los demás actores (como el estado) podrán realizar
su aporte para que otros puedan enseñar, para que otros eduquen PARA APRENDER.
Podrá sonar utópico, pero los que saben qué se puede y cómo hacer,
para instalar ciertos procesos que motiven los aprendizajes en nuestros
estudiantes, son los que deben recuperar la voz para tomar decisiones; para
resolver problemas y para demandar recursos donde sean necesarios, para sus
estudiantes.
Es la hora de desafiarnos en lograr lo imposible, que todos
trabajemos para que todos nuestros estudiantes aprendan.
Luego ser verá a fin del 2021 cuánto aprendieron todos, y quiénes
consiguieron que sus alumnos aprendan. Lo interesante, es que peor que en el
2020, no nos puede ir.
Prof. Mg. Eduardo Díaz Madero