enero 2021

lunes, 25 de enero de 2021

La hora de aprender y desafiar



En este contexto de los inicios del 2021, el debate sobre la educación no se detuvo. Es complejo abstraerse de la Pandemia y sus efectos, de las problemáticas de la presencialidad y de la fortaleza de la Educación a Distancia (EaD) con sus plataformas. Pero, problemas de accesibilidad de estudiantes y docentes, no nos garantizaron durante el 2020 que todos pudieran seguir aprendiendo al ritmo necesario, aún en los adolescentes. Los pequeños, seguramente han sentido aún más el aislamiento, sin dejar de tener en cuenta los efectos en las familias.

El Sistema Educativo Argentino ha sido desafiado, mostrando una cara de la realidad: no todo se pudo resolver como se quería ni todos pudieron aprender. Cifras nacionales y de cada jurisdicción nos muestra que existieron porcentajes de alumnos que “no aprendieron mucho”, o lo que es peor, “no aprendieron”. ¿Estábamos preparados para esto? Obviamente, no.

Ahora retomamos el año con novedades de diferente índole (vacunas; nuevos protocolos; alarmas de una segunda ola; etc.), pero pareciera indicar que el Sistema Educativo Argentino se enfrenta a complejas demandas de Padres; Alumnos; Docentes; Directivos y de otros actores como los Gremios y los Políticos, por ejemplo. ¿Cuál es el destino de nuestros estudiantes durante este año?

Cada profesión vive ciertas tensiones que los demás reconocemos como las específicas, y sin lugar a dudas, no es igual conocer de un tema que ser experto. Los médicos se desviven por salvar vidas, intentando que otras personas consigan la salud deseada de ser posible. Aplica procedimientos; recursos de diferentes tipos e intenta que el fin (la salud) sea algo logrado por ambos: paciente y médico. Un Carpintero, se esmera en lograr que el mueble por él diseñado y fabricado, cumpla con los distintos requisitos para asegurar que el “cliente” se encuentre satisfecho. Aplica sus procedimientos y recursos para llegar al final de la tarea satisfecho, pudiendo afirmar con el cliente que era lo deseado/esperado, por ambos.

En educación ¿ocurre algo parecido? Si escuchamos a ciertas personas de los diferentes medios y redes, encontraremos distintas versiones de lo que pasa. Sólo se puede enseñar en la Presencialidad, sólo se puede estudiar con Tecnologías en EaD; sólo se puede dar clase en un espacio abierto; sólo se pude enseñar un número limitado de personas; sólo se puede…

Si se me permite, retomando los ejemplos del médico y carpintero, los docentes focalizamos nuestras acciones / tareas, en relación con lo que el estudiante necesita (contenidos; herramientas; competencias; habilidades; etc.) Le ofrecemos un proceso educativo controlado, a cada alumno del curso y del nivel educativo, con actividades que debe realizar para adquirir eso que necesita. Luego lo evaluamos. Pero ¿estamos al final del proceso contento Alumnos y Docentes? En el contexto de aislamiento ¿estamos satisfechos ellos y nosotros con lo que hemos logrado? Obvio que no. La educación no es un proceso perfecto de “enseñanza” y “adquisición de contenidos”, pero puede ser un proceso perfectible de “enseñanza desafiante” en donde “emergen aprendizajes” que a todos (incluido padres y directivos) nos pueden dejar satisfechos.

Pero para buscar esa satisfacción en la educación debemos recordar lo que hacemos cotidianamente, mirar lo que enseñamos con tensión en el problema del Aprendizaje. Y en este punto, tal vez encontremos una pista para encarar la realidad venidera del 2021. Esto es más complejo de lo que uno cree (y muchos comunicadores ni siquiera saben, más que lo que vivieron en su experiencia de alumnos…) Si el estudiante no quiere aprender, no lo hace. Si la familia no apoya la tarea educativa, seguramente no se logrará mucho. Si los directivos no apoyan y orientan a estudiantes y docentes, se vuelve complicado aprender. Si los otros actores del sistema educativo, sólo “emiten juicios” o proponen “normas desde un escritorio”, seguramente será complejo generar aprendizajes para todos.

Pero, qué ocurre si a los actores principales del sistema educativo les preguntamos ¿cómo conseguimos que a fin del 2021 sus estudiantes (de cada institución educativa) alcancen sus aprendizajes? No sería lógico que equipos directivos (con años de estudio y experiencia) junto a docentes (idem, capacitados y probados en diferentes problemáticas de la educación) resuelvan el problema de Conseguir que los alumnos Aprendan. ¿No sería lógico?

Al Médico no le digo cómo operar y medicar; al Carpintero no le digo que madera seleccionar para tal o cual mueble. Pero a los docentes y directivos se les dice lo que tienen que hacer y cómo, para la Presencialidad o la Distancia. ¿No es paradójico?

Es tal vez la hora que el sistema educativo (con intervención y apoyo de todos, incluido padres y alumnos) tome de una vez por todas el desafío de resolver esta complejidad. Luego vendrán las acciones posibles y recomendables para los diferentes alumnos/nivel; para los distintos espacios disponibles, para las variadas actividades presenciales o a distancia que se focalicen en el estudiante. Luego surgirán los pedidos de conectividad para algunas familias, mientras que otras deberemos darle la contención presencial que necesitan, y en ese momento los demás actores (como el estado) podrán realizar su aporte para que otros puedan enseñar, para que otros eduquen PARA APRENDER.

Podrá sonar utópico, pero los que saben qué se puede y cómo hacer, para instalar ciertos procesos que motiven los aprendizajes en nuestros estudiantes, son los que deben recuperar la voz para tomar decisiones; para resolver problemas y para demandar recursos donde sean necesarios, para sus estudiantes.

Es la hora de desafiarnos en lograr lo imposible, que todos trabajemos para que todos nuestros estudiantes aprendan.

Luego ser verá a fin del 2021 cuánto aprendieron todos, y quiénes consiguieron que sus alumnos aprendan. Lo interesante, es que peor que en el 2020, no nos puede ir.

Prof. Mg. Eduardo Díaz Madero