abril 2020

lunes, 27 de abril de 2020

Cambiar o Hacer más de lo mismo en Educación (el día después del Aislamiento)



Cambiar o Hacer más de lo mismo
El presente contexto del covid19 obligó a docentes; familias y alumnos a incorporar a las TIC para estudiar y aprender, con una inmersión en ellas que nunca se hubiera conseguido en un proyecto en donde la presencialidad estuviera vigente.

Las tecnologías utilizadas por docentes y alumnos son variadas, desde videoconferencia hasta plataformas fueron algunas de las herramientas para la interacción audiovisual con otros. 

El concepto de Educación a Distancia tomó fuerza en el mundo y, en nuestro país, desafió a instituciones y personas la consideraron (y aún lo hacen) como una forma de enseñar menor, una modalidad de poca calidad; eficacia; significatividad; etc. Entre varios amigos colegas, las consultas se referían sólo a ¿qué plataforma conviene usar? Como si este cambio paradigmático se resolviera con un aula virtual.

¿Cuál ha sido el problema hasta hoy?
Pasar de presencial a distancia, sin planificación y/o capacidad de anticipación, obligó a usar las TIC para darle continuidad a la enseñanza; desde el nivel Inicial hasta el Posgrado. Quisiéramos o no, los docentes enfrentaron el desafío, una vez más de hacer posible el acto educativo, con aulas virtuales o no. Sin embargo, al intentar trasladar lo presencial a la distancia, demostró que modificar la propuesta pedagógica para alumnos es la clave para poder resolver esta cuestión. Ellos (alumnos, padres, docentes, instituciones, etc.) si o si, estarán atravesados por las tecnologías para enseñar, aprender y compartir. Todos requerimos de apoyos externos: en inicial y primaria de los padres; para todos la conectividad y contar con dispositivos digitales es clave. La accesibilidad a los contenidos tratados pedagógicamente son la punta del icberg.  Para todo ésto, muy pocos estaban debidamente preprarados. Alumnos sin acceso; equipos que no pueden conectarse a las propuestas enviadas; la sobre saturación de envíos; las agendas de videoconferencias superpuestas; etc. permitieron desarrollar experiencias educativas únicas, como el contexto actual de la eduación, desafiada por todos sus flancos.

Si alguien dijera cuál sería el mejor método para Implementar las TIC en un sistema educativo, seguramente traería al ruedo proyectos como el Plan Ceibal. Sin embargo, ¿es posible pensar que esta Pandemia ha convertido a nuestro sistema educativo en uno inmerso en las tecnologías de la información y comunicación para promover aprendizajes significativos? Aún estamos lejos.

Deberíamos revisar primero los criterios que implican que un sistema educativo (o un nivel o establecimiento) incorpore genuinamente a las TIC para enseñar y aprender. En el plan uruguayo mencionado, seguramente hay adaptaciones didácticas en donde en el aula presencial aparecen las herramientas. En un contexto de aislamiento que no tiene antecedentes, estamos todos desafiados a superarlo y aprender de esta experiencia.

Docentes que transforman sus clases en videoclases y/o envían material de estudio en diferentes formatos y por canales tecnológicos, son una parte de la realidad. Padres que no saben cómo hacer que sus hijos estudien; la complejida de abstaerse en este contexto; estudiantes que deben “estudiar solos; y el contexto familiar atravesado por un aislamiento total, sin dudas modifican las posibilidades de estudiar concentrado y dedicado. Si antes no se sabía estudiar en algunos niveles o era poca desarrollada esa capacidad como alumnos; hoy quedan expuestos problemas de “comprensión”; “redacción”; “elaboración” y “compartir” lo aprendido para mostrar avances significativos en los alumnos. 

Pero aún estamos en un sistema educativo “presencial” y cuando volvamos a las aulas ¿qué habremos aprendido de estas experiencias tensionantes entre el “dar clases” y el “aprender autónomo”? ¿En qué conviene que los docentes nos enfoquemos? Seguramente nuestras clases presenciales cambien poco y vuelvan a la "normalidad", osea que nada habrá cambiado y seguiremos haciendo más de lo mismo. ¿Puede ser que perdamos la oportunidad de mejorar la Educación en Argentina?

Reflexionando con los colegas sugiereon algunos criterios que nos pueden orientar por dónde comenzar a mejorar en las aulas en esta presencialidad “post-aislamiento”:
  • Rearmemos las conexiones entre personas - desde lo afectivo - construyendo un nuevo andamiaje de aprendizaje; contención y desafíos.
  • Revisemos con estudiantes qué habilidades cada uno desarrolló /descubrió en esta etapa de aislamiento, afirmando la importancia de "seguir aprendiendo a estudiar" pero conectados.
  • Encontremos dónde estuvieron las barreras de aprendizaje en relación con el campo del conocimiento; lo comunicacional; la propuesta didáctica y el uso de las tecnologías, ofreciendo institucionalmente los soportes necesarios para que las podamos superar (entre todos).
  • Intercambiemos con colegas aprendizajes y complicaciones comunes, trabajando con directivos para “aprender significativamente” las consecuencias de estas clases en el contexto inesperado. ¿Qué Buenas Prácticas pudimos desarrollar cada uno para enfrentar estos desafíos educativos?

La realidad nos ha enfrentado a cuestiones que rara vez nos planteamos como docentes, y aún quedan cuestiones como las calificaciones; acreditaciones; regularidad y aprobación de asignaturas /años, especialmente en los niveles Inicial, Primario y Medio. Tal vez en el superior se cuenten con más recursos y estrategias para garantizar parte de las”aprobación” y “regularidad” en las cursadas.

Cuando vuelvan las clases ¿qué haremos con los estudiantes en las aulas, más de lo mismo? ¿estamos planificando estrategias didácticas apoyadas en estas nuevas experienicas en asilamiento? ¿sólo nos preocuparemos por recuperar temas y tiempos en “tanta desconexión”?

Estamos frente a una oportunidad única, enseñar y aprender con los alumnos implementando tecnologías que ayuden - colaboren en el proceso educativo y, especialmente, ir pensando en lo que viene, mirando de reojo que haremos ese día después de la cuarentena. La respuesta puede ser “volver a hacer más de lo mismo” o “rediseñar nuestras propuestas” que consiga de los alumnos, que sean los actores principales del proceso educativo. 

Hace unos días un padre (colega y experto en esto de EaD), le preguntaba a sus hijos en edad escolar si extrañaban y desaban volver al colegio. La dura respuesta fué ¡no, no extraño a la escuela antigua!
Proponer cambios que coloquen al alumno en el centro del proceso, como actor principal, sea el primer cambio que los alumnos esperen de sus docentes, o mejor dicho, que ya están esperando.

lunes, 13 de abril de 2020

Desafíos a las prácticas docentes




Algunos desafíos para Enseñar y aprender en Cuarentena: (re)conectarnos con todos los alumnos

Hasta hace unas semanas nos encontrábamos todos en las aulas explicando y aprendiendo, trabajando con alumnos en espacios físicos que ordenaban los tiempos y las tareas. Cada uno tenía todo organizado, para poder anticipar la próxima clase, en el aula.


Este evento mundial de la Pandemia nos dejó sin próxima clase con las tareas y los recursos acostumbrados, de un sopetón. Comenzamos a enseñar con tecnologías de todo tipo, desde correos electrónicos hasta plataformas configuradas con video y recursos. Los expertos comenzaron a elaborar consejos, ofrecer tutoriales, realizar webinar sobre temas tecnopedagógicos para colegas y padres. Se multiplicaron los sitios de “contenidos”, explotaron las redes; las videoconferencias se nos metieron en cada propuesta educativa; etc.

Luego de las primeras semanas de enviar material digital y tareas para estudiar, dado que la cuarentena se amplía en el tiempo, ahora dedicamos más tiempo a repensar cuestiones que hacen a la educación (no a la transmisión de información).  ¿Estamos acompañando a los alumnos en los cursos de nivel medio o superior? ¿Cómo acompañamos a los padres que necesitamos se pongan el guardapolvo y hagan de docente en el nivel inicial o primario? ¿Cómo multiplicamos las experiencias didácticas para aprovechar de los aciertos y errores de los colegas?

Cambiaron las clases; cambiaron los hábitos familiares; y el aprendizaje. Tuvimos que empezar a explicar a adultos (padres) y jóvenes estudiantes qué es estudiar y cómo hacerlo. En la web estudiosos difundieron consejos o reglas y orientaciones para que los jóvenes puedan abstraerse y concentrarse como nunca lo habían experimentado en muchos casos, al estudiar a distancia (EaD).

La paradoja de la EaD es que se hace cercana cuando el docente está a tiro, está accesible en sus consignas; sus videos o audios enviados; en sus palabras de aliento; en sus propuestas educativas. ¿Dónde está el profesor se podía preguntar un alumno hace tiempo? Hoy saben que están ahí, asumiendo el desafío de pasar de lo presencial a la distancia, mientras aprende nuevas formas y tecnologías, para estar ahí, dónde cada alumno necesita. Enseñando a través de su propuesta educativa, reinventándose para que el alumno no pierda la regularidad; no pierda el ritmo.

Esto es lo que estamos haciendo, que los alumnos estudien y aprendan, no estamos instalando un sistema educativo a distancia permanente. El desafío asumido por los educadores ha sido no dejar a los alumnos solos, sin experiencias que les permitan continuar su escolaridad, que aún no está resuelta en este contexto único en la historia de la humanidad. De un día para otro, todos nos volvimos estudiantes y docentes a distancia.

Mientras en varias universidades, sus carreras a distancia ofrecen programas intensos y con pocas asignaturas por semana, los alumnos (especialmente en el nivel medio) afrontar un proceso de estudio intensivo y expansivo de hasta doce o trece asignaturas, según el caso. Y que ocurra en todo el sistema educativo de nivel Medio en un país, supera cualquier sistema de perfeccionamiento docente. Lo que no pudo hacer un proceso gradual de capacitación docente en tecnologías y mejoras de las estrategias didácticas, lo obligó el Covid19.

Instituciones y docentes ofrecen respuestas y se adaptan al contexto, variadas acciones en cada comunidad educativa permiten sostener “el dar clases” con el envío de material de estudio y recepción de actividades; conectándose por diferentes medios: aulas virtuales; redes sociales; correos electrónicos; plataformas; videoconferencias; etc. Pero ¿qué nos está faltando?
Todos estamos desafiados a ir por más, a enfrentar esta situación, anticipando algunas tensiones que antes en la presencialidad podíamos resolverlas de otras maneras. Por ejemplo:


a)       Quién está ahíLos alumnos que no se conectan, ¿cómo lo abordamos? Cuando en las aulas presenciales alguno se distraía, implementábamos algunas acciones propias del docente para hacer volver al estudiante a clase con la repregunta; la mirada; etc. ¿Qué ocurre con los que no se conectan o sus padres no pueden/no saben? La prioridad no sólo la tiene el alumno que responde, también debe tenerla el que aparentemente no está estudiando y/o enviando sus tareas ¿cómo podemos ayudarle en su proceso de crecimiento y maduración de los temas de la asignatura que va asimilando? Necesitamos que padres, docentes y directivos (adultos) aseguren que nadie quede solo. Perfeccionemos en cada institución un sistema de seguimiento integral, encuestemos familias para ver cómo están aprendiendo y veamos dónde encontramos los huecos que hemos de rellenar con más educación.

b)      Organización de tiemposLa cantidad de actividades y videos a cada grupo, asumiendo que, si un correo soporta más de 2 megas de archivos de texto, no podemos pensar que el alumno (los alumnos de un curso) es capaz de descargar y leer tanto material, mientras realiza la actividad de la asignatura (en paralelo con otras). En este punto los adultos (docentes, directivos y padres) necesitamos (re)organizarnos para que el famoso “horario de clases” (una agenda que propone un espacio y tiempo de estudios) se cumpla, de manera que todos tengamos un horizonte previsible. De esta forma podemos aceitar el canal de ida y vuelta, el de consulta a sus profesores para saber ¿cómo vamos? ¿estamos aprendiendo? ¿yo voy bien? Si antes contábamos con la mirada del grupo de estudiantes, ahora debemos recuperar sus miradas en una relación uno a uno y uno a muchos.

c)       La retroalimentación:  Ser docentes con todos y no dar por supuesto nada es parte de esta realidad. Necesitamos reescribir las consignas, dejar en claro que se espera de cada actividad y orientarles cómo hacerlas. Al dirigirnos a los padres, escribirles de adulto a adulo, ellos no saben de pedagogía. Rescatemos el valor de Aprender, no de cumplir con una actividad y/o cuestionario. Necesitan que se lo expliquemos con paciencia. Y para los alumnos, volver a enseñar a estudiar se ha vuelto un desafío que creíamos que estaba superado. Ser estudiante no implica que sepa qué y cómo estudiar, aún más en distancia y aislamiento. Formas de organizarse; manejo de los tiempos libres; cómo abstraerse y cómo aprender con otros son algunas de las cuestiones que los estudiantes (según en qué nivel educativo esté) necesita que les enseñemos y acompañemos cómo en su casa y en su situación ha de asumir el desafío de estudiar y aprender. En la comunicación ofrezcamos ánimo, que vean cómo los docentes estamos mirando lo que hacen y cómo van aprendiendo, que están logrando y que necesitan mejorar.

¿Se vienen tiempos en que debamos replantear el sistema educativo? Hace tiempo que los expertos lo afirman y esta es una oportunidad de re-aprender, de compartir y expandir el conocimiento de cómo estamos enseñando y cómo están aprendiendo los alumnos, en cada hogar. Lo que hacemos con los que no se conectan o no pueden; las alternativas de comunicación y seguimiento que ofrecemos se han de enfocar en que no queden alumnos sin aprender.

La respuesta la tienen docentes y directivos, haciendo lo que pueden hacer tan bien cuando se lo proponen: Trabajar en equipo, compartiendo avances; apoyando familias y estudiantes para que ellos puedan afirmar que “siempre mi docente estuvo ahí, durante la Pandemia”.
Es la oportunidad que tenemos para el estudiante "sea el actor principal en nuestras aulas"