Aprendizaje colaborativo

martes, 17 de marzo de 2020

Aprendizaje colaborativo



Introducción
En nuestras aulas (sean presenciales o virtuales) solemos enfocar los esfuerzos en las tareas para desarrollar las competencias de los alumnos, que además se evalúan por medios clásicos (pruebas de desarrollo; de opciones múltiples o POM) o por trabajos que deben entregar (TIF; TP; etc.) Y esto responde a querer evaluar aprendizajes en cada uno. 

Luego se realiza la devolución al alumno, con una calificación y/o comentarios que le oriente a seguir puliendo la competencia prevista con el programa de la asignatura. Pero ¿cómo conviene hacer para generar competencias colaborativas?, en todo caso ¿el aprendizaje colaborativo qué implicancias puede tener en cada asignatura?

Adivinará cada uno que es complejo enseñar una competencia que implique lo colaborativo cuando cuesta que entre docentes ella esté presente en la enseñanza. Ocurre con algunos paradigmas, donde en investigación, la clave está en el trabajo en equipo y entre equipos, pero en una Tesis el paradigma es la autoría de la investigación a cargo de una persona.

Actividades colaborativas sistemáticas
En cualquier modalidad las actividades que se apoyan en “la colaboración” necesitan de un entorno que contenga a los actores (se suele hablar de un Entorno Virtual de Aprendizaje - EVA) y que permita lo que otros instrumentos/herramientas analógicas no, como ser:


a) Facilitar la comunicación e intercambio de novedades sincrónica o asincrónicamente.

b) Brindar un soporte de contenidos y productos elaborados por el grupo.
c) Incorporar herramientas necesarias que garanticen la actualización de proceso. 
d) Permitir la evaluación; autoevaluación y metaevaluación del trabajo y los actores.
e) Compartir lo producido con docentes y otros estudiantes en tiempo real. 

De esta forma, una propuesta de trabajo colaborativo para estudiantes, conviene que se apoye en un EVA que permita todo lo anterior, como también el encuentro con la cursada de la asignatura, si fuera posible. Pero, ¿esto lo aportan las herramientas o los profesores?

Un docente puede proponer un T. Colaborativo con o sin EVA, pero si lo hace, conviene que ese entorno contenga (lo que solemos decir como Virtualización) al resto de la asignatura, de forma que facilite el seguimiento y retroalimentación del docente a los alumnos. Para no caer rigideces, es posible realizar una actividad de este tipo sin aulas virtuales, pero se pierde una oportunidad: potenciar aprendizajes de estudiantes y garantizar el seguimiento.

Aprendizaje Colaborativo y el soporte

Del trabajo del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, se puede extraer la idea que “aprendizaje colaborativo (AC) refiere a la actividad de pequeños grupos desarrollada en el salón de clase” con orientaciones del docente. Dicho proceso genera más aprendizajes e insume más tiempo, permitiendo el “desarrollo de habilidades de razonamiento superior y de pensamiento crítico”. 

En cambio, en el texto (Trabajo colaborativo: Estrategia clave en la educación de hoy – s/autor), encontramos diferentes miradas, para algunos cooperativo y colaborativo es lo mismo, para otros no. 

El colaborativo cambia el foco de la responsabilidad del aprendizaje, de un docente experto, al alumno. El profesor se asume también como aprendiz. Otros autores destacan que el aprendizaje colaborativo se realiza con mayor solidez cuando el profesor provee de un soporte que le provee de orientación y seguimiento permanente. Para ello, la comunicación ha de ser clara y planeada para que pueda acompañar al estudiante en el proceso (tanto individual como grupalmente) para desarrollar las competencias específicas y resolver las dificultades. Todo esto será parte del sistema de evaluación que ofrece la cátedra al grupo de estudiantes.

La clave para implementar este tipo de aprendizaje está en la actitud positiva del docente frente a este tipo de metodología, pues: a) ha de elaborar la actividad con consignas claras que puedan ser evaluadas; b) oriente las acciones a la generación de una competencia en cada estudiante, en donde la “colaboración” permite aprendizajes, a diferencia de las competitividad que se suele observar en el mundo laboral. 
Daniel Feldman, ofrece una reflexión que (si bien está anclada en el nivel medio o primario) puede ayudar rescatar algunas ideas atractivas para el nivel Superior, especialmente el de Posgrado ( 0:00 a 4:14)



Quedan preguntas por plantearse, pero sin dudas, la mejor forma de experimentar este tipo de prácticas en el aula, comienza con un ejercicio con colegas. Conviene animarse.

Nos seguimos leyendo. Muchas gracias
EduardoDM

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