martes, 11 de agosto de 2020

La tecnología en Educación: ¿Quién configura a quién?


Las tecnologías y su influencia en el hombre. Miradas de Ortega y Gasset y Habermas

La Técnica y el Hombre

Algunos expertos de la educación pregonan hoy por incorporar las TIC (Tecnologías de Información y Comunicación) en el aula como un modo de favorecer el desarrollo y la inclusión mientras que otros plantean categóricamente que no favorece el desarrollo de hábitos de estudio y es mejor no utilizarlas. Tanto por un lado como el otro, las posturas pro y contra TIC en los últimos años han ido puliendo y precisando el debate, pero dejando de lado a veces el aspecto filosófico y educativo de la cuestión, pues no es lo mismo formar para el mundo del trabajo que desarrollar al hombre para alcanzar el bienestar o la felicidad, incluso el Bien supremo.

La Técnica la entenderemos como el conjunto de normas, reglas, procedimientos para resolver un problema concreto y la Tecnología como los instrumentos y recursos técnicos que se aplican/implementan en un campo del conocimiento.

¿Cuáles son las dificultades que se plantean desde un punto de vista del hombre, del conocimiento y la cultura? A esto nos dedicaremos en adelante, en base a dos autores que hemos explorado, J.Ortega y Gasset y J. Habermas.

Meditación de la Técnica - Ortega y Gasset[1]

La técnica además de resolver dificultades que tiene el hombre, hoy se ha convertido en nuevo problema para él, generando lo que no se esperaba, tal el caso de medicaciones que resuelven un problema concreto pero afectan a otro órgano, o la tarea de obtener agua (abriendo una canilla) que se ha instalado tanto en la vida del hombre (de la ciudad) que hasta se ha olvidado cómo realizar ciertas tareas sin la ayuda de la técnica. En educación podemos citar hoy la elaboración de ideas personales, reemplazadas por un copiar-pegar que facilita el armado de monografías (y que además es acompañando por un descuido del docente en su tarea de seguimiento, obviamente).

La Técnica surge para satisfacer necesidades que encontramos en nuestro cotidiano vivir pero arriesgando dejar de ser, al querer extender la aplicación de la técnica a cualquier deseo que se tenga, como llegar a un lugar en poco tiempo; aprender cualquier cosa y hasta querer no morir.

La potencia del hombre de desear vivir nos ha impulsado a querer-desear aplicar la técnica a todo lo que nos parezca posible:

“....calentarse es la operación con la cual procuramos recibir sobre nosotros calor… esa operación se reduce a ejercitar una actividad que el hombre se encuentra dotado: caminar hasta el foco caliente”

Alimentarse, abrigarse, moverse, etc, forman parte de un repertorio de necesidades con que el hombre se encuentra, y para ello cuando la naturaleza no le provee la solución, él produce con los recursos que tiene en frente, más allá que podamos aplicarle a las necesidades la categoría de necesidad fundamental o superflua.

Al producir técnicas, aparece otra realidad que se consustancia con el hombre que es la liberación del tiempo (que antes utilizaba para realizar algo y que ahora por medio de la técnica le queda disponible), o de las energías (ahorrando esfuerzo).

“Todos los actos presuponen la invención de procedimientos que permiten obtener con seguridad lo que la naturaleza no tiene y que nosotros necesitamos, según nuestro antojo y conveniencia”

Creamos objetos, instrumentos o aparatos, que nos proporcionan la capacidad de lograr cierto bienestar, que la técnica nos aporta y con los actos técnicos el hombre impone a la naturaleza los procesos necesarios para satisfacer sus intereses, ideas y expectativas. Analizar la implicancia de la Técnica en la educación, ¿qué nos propone?. El esfuerzo de aprender, el de formarse para una especialidad, en el marco de esta reflexión, presenta algunas cuestiones claves que afectan al docente y al estudiante (entre algunos actores del sistema educativo).

  • Si se aprende el uso de una Técnica, aplicable a un dominio del conocimiento, ¿nos garantiza el aprendizaje o simplemente el manejo de la misma?

  • El uso de una Técnica, como receta, ¿nos permite enfrentar problema a futuro en condiciones cambiantes?, ¿no será que necesitamos educar a la persona en algo mas que en la técnica misma?

  • Si la técnica puede generar problemas no previstos, ¿en qué deben ser formado los profesores, en cuanto a la reflexión sobre el uso de las TIC, como tecnología que provoca lo no esperado/conocido?


Cuando el bienestar que se busca, al recurrir a la técnica, no se consigue, el hombre debe comenzar a reflexionar qué está ocurriendo; evitando cambiar de técnica para no quedar preso del problema y reducido a un simple vehiculizador de soluciones, lo que solemos identificar en educación como aquellos profesores que dicen ¡los alumnos no aprenden! o ¡no pueden aprender!, luego de seis meses de clase, pueden ser ellos los profesores transmisores, que sólo cambian de técnicas pero no reflexionan su práctica o no participan a los estudiantes del desafío educativo.

Ciencia y Técnica como Ideología – J. Habermas[2]

El autor nos aporta una reflexión desde una mirada diferente de la problemática que esconde la Técnica. Introduce con Max weber la idea de la racionalidad formal como una determinada forma de oculto dominio político, con estrategias que utilizan las tecnologías e instalan sistemas racionales. La racionalidad exige acciones de dominio sobre la naturaleza o sobre la sociedad, y las acciones se adecúan al ejercicio de los controles, para lograr sus fines.  Esta razón técnica no tiene su origen en el contenido político, más bien es él mismo ideología (de acuerdo a la crítica de Max Weber a Marcuse). Ella es dominio de la naturaleza, sobre las personas; es dominio metódico y en función de fines calculados y calculantes, ella es un proyecto social e histórico que marca lo que la sociedad y sus propósitos tienen. Un propósito material.

Marcuse reconoce, en el sometimiento de los sujetos al aparato productivo (¿la escuela lo es?) a través de una producción y distribución del tiempo libre, desprivatizándolo y ofreciéndoles confortabilidad en la vida, un bienestar que se legitima en la conciencia de las personas.

Al incrementarse el trabajo productivo, la sociedad comienza a observar los beneficios científicos que lo han conseguido, y ese “progreso científico y técnico rompe las proporciones históricas” estableciendo organizaciones “técnicamente necesarias de una sociedad racionalizada”. Entonces, ella va perdiendo la capacidad de reflexionar y surgen funciones productivas que son base de legitimidad, por ende, sustentada en la técnica. El método científico llevaba al dominio de la naturaleza, y de ahí el proceso desarrolló conceptos que permitieron “una forma de dominación efectiva del hombre sobre el hombre a través de la dominación de la naturaleza”.

Según Habermas la Tecnología aporta una racionalización de la restricción a la libertad de la persona determinando al hombre en su capacidad de autonomía para decidir sobre sí.

Para Marcuse la dominación de la naturaleza ha quedado vinculada a la dominación de los hombres, que puede ser de índole represivo o liberador según como el hombre proyecta la técnica:

a)       A partir de liberar funciones locomotoras (creando instrumentos que reemplacen las manos),

b)      Luego avanza por los otros sentidos hasta llegar a producir tecnología que sustituya funciones de centro de control (para el cerebro).

Si este proceso de hacer técnica lo ponemos en tensión con los fines, controlado por los grados de éxito, parece que es casi imposible renunciar a ella en cualquier organización. Por ejemplo si tomamos el campo educativo, es casi imposible de pensar que un profesor hoy renuncie a los recursos técnicos (TIC en especial) que dispone para enseñar, pues la observación del superior (el control de la racionalidad técnico-burocrática) le planteará exigencias para que retome su uso; o la demanda social que proyecta la imagen de que el dominio de la técnica para los estudiantes es sinónimo de evolución (el control de la sociedad).

Pero si ella se transforma en un modo de producir global, entonces seguramente por ser una manera de producir y actuar, afectará la cultura al configurar (¿podemos usar el término actual de formatear?) las conductas. El modo como se conformó el aula para enseñar en los inicios de la escuela moderna, prácticamente no ha cambiado, construyendo una cultura escolar que una mínima modificación interna puede ser tomada como innovación o ser criticada como proceso de ruptura.

En este punto podemos iluminar una cuestión que en el mundo educativo, ¿sólo la innovación que viene desde el orden superior es tomada como válida? (pues ha recibido todos los controles de validación que la burocracia requiere). Cuando el profesor quiere provocar una mejora o cambio incorporando la técnica, ¿es visto como ruptura del orden con un sesgo negativo por el cambio provocado o por la incorporación de la técnica? La cuestión es que “la garantía de que se atengan con cierta probabilidad a reglas técnicas … sólo puede venir asegurada por medio de la institucionalización”. Lo importante en la evolución de las organizaciones tradicionales es que el accionar eficaz se mantenga dentro de los límites de la eficacia racional legitimada por la autoridad. Innovar con TIC tiene una doble implicancia en este encuadre que nos reflexiona el autor, el cambio de abajo hacia arriba que es resistido en general y la técnica que trae implícito el factor condicionante del hombre, limitando su libertad.

No se trata de tener que usar Google en el aula y no otro, en lo que a condicionamiento se refiere, sino más bien, cómo instalamos los procesos únicos y válidos para buscar información. ¿qué ocurre en el aula si un estudiante trabajara conectado con su Smartphone para buscar información? ¿el profesor lo vería como una capacidad para aprovechar la técnica en el aprendizaje, aunque alejado de sus control, como ocurrió en nuestra experiencia de uso de Facebook en el nivel medio?

También en la cultura artesanal antigua, las innovaciones no eran vistas como algo posible/positivo, en todo caso, el hombre era un reproductor de una técnica que dominaba el maestro y el aprendiz adquiere conocimientos parte por parte. Al surgir en la modernidad la técnica, el Hombre pasó de un actuar limitado a un actuar con recursos casi ilimitados, y si analizamos a los docentes y el contexto educativo, la escuela parece más bien un ámbito artesanal, en el que se le pide al profesor que actúe innovando (no mucho) en un ambiente (que resiste los cambios) para mejorar el aprendizaje de estudiantes (que viven el cambio y hasta lo consumen). Las TIC en estos procesos juegan un papel disruptivo, que provoca cambios y crisis, que paraliza y reclama movimiento, si queremos un aula que enseñe y aprendan hay que acordar ¿qué queremos cambiar?, y el acordar no basta con un accionar entre profesor y directivos, los estudiantes también, pues si queremos que la transformación sea permanente, ha de realizarse un postulado de universalización, en donde todos libremente acepten las consecuencias de las decisiones y normas establecidas para el cambio.

Quién configura a quién - Tensiones TIC - Educación

Seleccionar herramientas TIC para aprender y enseñar, como puede hacer uso un docente de los distintos recursos integrados a sus planes en el aula, y qué necesita de habilidades didácticas el docente en un contexto, es el punto al que nos interesaría responder. Cuando queremos diseñar un plan de formación ¿estamos pensando todo esto?, lo mismo cuando investigamos, queremos saber el qué y cómo pero ¿hemos aprendido que hay aspectos que teníamos ocultos en nuestra planificación didáctica que eran afectados por la técnica?

Nos centramos en las TIC en el aula: sus ventajas vendrán de cómo; con quién y con qué fines se lo aplica en el aprendizaje de tal o cual materia /área del conocimiento, las TIC para aprender en ellas, con ellas y a través de ellas y cómo lograr los objetivos de aprendizaje.

Pero sus desventajas no pueden quedar sin ser develadas en la reflexión del docente, y eso es parte del proceso reflexivo didáctico, no sólo técnico, del profesor.

Además, en otros tiempos existieron herramientas tecnológicas que se consideraron como innovadoras y se incorporaron a la práctica educativa con debates de toda índole; en el caso de las TIC ellas “se han convertido en un problema educativo, un desafío, una oportunidad, un riesgo, una necesidad… que poco tienen que ver con las decisiones intencionales de los propios educadores” (Burbules, 2008) ya que ahora están al alcance de todos y en especial de los jóvenes. Esto no es un problema meramente educativo, es necesario que el docente domine las ideas centrales, de las técnica, de las TIC, posibilitándole anticipar las dificultades de aplicación y uso por parte de sus estudiantes. Y esto no es un mero planteo didáctico, es esencialmente prever la ideología y el marco de aprendizaje en donde ella puede funcionar bien o, en todo caso, saber cómo configurar a la TIC para que sea facilitadora del aprendizaje, y esto requiere de habilidades complejas para superar el simple uso. Esto significa que el profesor ha de tener las competencias digitales necesarias, de manera que pueda dirigir la intencionalidad de ellas.

Reflexionar sobre las TIC, en educación y desde un punto de vista educativo para comprender cómo puede ser su incidencia positiva en el aula, no hay dudas que exige al profesor dejar una postura simplista; tecnofóbica o tecnofílica[1] sobre la cuestión. Habrá que lograr ser competente con ellas, como hasta ahora en su disciplina, manteniendo una mirada crítica sobre ellas y sus efectos, para estar confiado en que el proceso educativo, lo es; con ellas.


[1] Meditación de la Técnica contiene el curso dado por el autor en la Universidad Internacional de Verano de Santander, en 1933. En él giró alrededor de los temas siguientes: descripción de la Técnica con un enfoque ontológica y el logro de una mejor calidad de vida

[2] Presenta una una confrontación con Herbert Marcuse  y su tesis: "la fuerza liberadora de la tecnología” que para el Habermas se convierte en instrumentalizacion del hombre."


Bibliografía

Ferrater Mora, J. (1982). Diccionario de Filosofía. Madrid: Alianza Editorial.

Habermas, J. (1986). Ciencia y Técnica como "ideología". Madrid: Tecnos.

Ortega y Gasset, J. (1957). Meditación de la Técnica. Madrid : Revista de Occidente.

Burbules, N. y. (2006). Educación: Riesgos y promesas de las nuevas tecnologías de la Información. Buenos Aires: Granica .

lunes, 15 de junio de 2020

Microclases con TIC



Introducción


Cuando necesitamos explicar un tema acotado, introducirlo o recuperar las ideas principales de un contenido específico, un docente tiene la posibilidad de abordarlo con alguna explicación con recursos digitales. Sin embargo, ¿cómo es posible hacerlo en poco tiempo con una aplicación a modo de mini clase con las TIC, promoviendo ciertos conocimientos focalizados?.

Si el desafío está en ampliar los tiempos de enseñanza, en contextos de enseñanza con aislamiento, ¿cómo puede aprovecharse de dispositivos y cierta conectividad para ampliar los horizontes de aprendizaje?

Una respuesta que puede ofrecer el docente es a través de diseñar Microclases, con recursos y contenidos curados que amplían el espectro de fuentes y perspectivas del tema a tratar. Si en vez de enviar material de lectura, le acercamos una microclase, el estudiante será capaz de focalizarse en lo que debe estudiar, a través de una práctica virtualizada que puede incluir la autoevaluación.

El repaso de temas simples
Cuando el objetivo del profesor es revisar / explicar un tema acotado, que obviamente contribuye al aprendizaje de la asignatura, es posible entregar al estudiante:
a)  Contenidos en diferentes formatos: texto; imagen; mapas; videos; etc.
b)  Una actividad sencilla de lectura/profundización (a conocer / comprender) y
c) Una actividad de para Autoevaluar los conocimientos adquiridos (o repasados) con un simple cuestionario de Opciones Múltiples.

Para que esto sea posible, los canales de comunicación pueden ser, desde un correo electrónico hasta una Entorno Virtual de Aprendizajes (EVA), diseñado y configurado por la cátedra.
Pero, ¿hay otras formas de unir todo lo anterior en algo para generar casi mismos niveles de aprendizaje sin tanto esfuerzo/dedicación para docentes y alumnos?
La respuesta estará dada por la combinación de conocimientos y posibilidades, de docentes y alumnos, pero también adaptada a las herramientas que se elijan y que favorezcan la propuesta.

Creando una microclase

Teniendo en claro que se quiere realizar con los estudiantes (objetivo) y que los temas son de simple comprensión/acceso (contexto), el profesor puede ofrecer en su asignatura una actividad “encapsulada” en una aplicación/sitio/link que sirva para reunir los contenidos; las actividades de estudio y la evaluación. El criterio clave es la facilidad de acceso y uso.

La microclase lo será mientras esté diseñada y lograda por el docente que reúne explicación/ repaso; profundización; ejercitación y/o evaluación, para realizar en tiempo acotado y todo dentro de un mismo entorno o link.
Las actividades y temáticas ofrecidas conviene que duren alrededor de 20 minutos, para focalizar el aprendizaje de los estudiantes y mirando los pasos siguientes: sea la clase presencial o a distancia.

Algunos criterios para su diseño son:
a) Los contenidos curados por el docente, conviene que estén accesibles en la web, respondiendo al enfoque que le da a la asignatura y que sean de fácil acceso.
b) Presentar los contenidos con el recorte necesario para lograr el foco que se pretende en el estudiante.
c) En la evaluación conviene apoyarse en un formulario electrónico que garantice en poco tiempo, relevar logros y desvíos, pero especialmente aseguren la retroalimentación según los tiempos propuestos para al microclase.
d)  En todo momento ofrecer un canal de comunicación ida y vuelta accesible.

Para planificar una microclase conviene prever unos pocos pasos:
a) Introducción al tema: objetivo de la actividad, en la que el docente ayuda al estudiante a entender qué es lo que experimentará y cuánto durará. También conviene anticipar cómo los frutos de la evaluación servirán a todos para los próximos temas que tendrán otro desarrollo y modalidad.
b) Recursos/Contenidos: es conveniente redactar un texto breve que antecede al contenido central. Puede estar en formato PDF; Sonido; Video; etc. En este punto, según el contexto de los estudiantes, conviene ofrecerles los contenidos en los formatos que la mayoría puede acceder y/o descargar.
c) Revisión/Evaluación: cada uno completa un breve cuestionario de tipo opciones múltiples, para que pueda conocer su nivel de comprensión. El docente realizará posteriormente una metaevaluación.
d) Retroalimentación: realizada la microclase, conviene que en el formulario (o vía correo electrónico) el estudiante pueda identificar qué comprendió y que necesita revisar. Para ello puede ofrecerse link a material complementario.


TIC para mi microclase


Al diseñar una microclase, los contenidos y actividades seleccionadas, necesitan ser encapsuladas a través de un único recursos o aplicación que facilite su acceso y ordene los pasos a seguir, por internet y con cualquier dispositivo. Será clave en este aspecto, conocer con anticipación qué TIC y tipo de conectividad disponen los alumnos.

Se la puede configurar con un texto introductorio (elaborado por el profesor); un video explicativo; un mapa conceptual con un texto que lo amplíe; una evaluación (formulario) de opciones múltiples y una retroalimentación (que dependerá de la urgencia sea inmediata o no).

Esto puede ser conformado/encapsulado dentro de:
a)    Correo electrónico u otro tipo de mensajería.
b)    Documento de oficina: Word o de Googledoc compartido.
c)    Muro: Padlet; Glogster.
d)    Presentación: Prezi; Power Point en línea; Emaze; Genially.
e)    Plataforma: Moodle; Canva; E-ducativa; Edmodo; GoogleClassroom
f)     Sitio: Wordpress; Blogger; GoogleSite. 


a) Introducción al tema: el calor y su transmisión - la temperatura y las experiencias.
b) Recursos/Contenidos: texto explicativo y video de experiencia sobre el tema Calor.
c) Revisión/Evaluación: formulario de google, con preguntas cerradas y con puntaje.
d) Retroalimentación:.correo electrónico para el alumno.


Reflexiones finales
Implementar una microclase con TIC puede favorecer al docente y alumno en:
  • Aprender en poco tiempo un tema (o repasarlo).
  • Adelantar la recuperación de conceptos /ideas, para la siguiente clase.
  • Evaluar los aprendizajes de la microclase para ajustar los pasos siguientes.
  • Facilitar la metaevaluación con esta práctica, por medio de la retroalimentación.
  • Aplicar las tecnologías que responden al contexto y dominio del docente.
  • Crear el hábito de curar contenidos para los estudiantes.
  • Enfocar la mirada sobre una temática específica.
  • Trabajar con estudiantes en las habilidades de Conocer y Comprender.
  • Ofrecer una actividad sin tanta planificación, por parte del docente.
  • Si lo desea el docente, la actividad puede configurarse para repetirse tantas veces como el estudiante necesite.

lunes, 11 de mayo de 2020

Orientando el aprendizaje y la evaluación en Posgrado: Guías de Corrección y Rúbricas



Orientar aprendizajes con Guías o Rúbricas

Introducción


El nivel de Posgrado está caracterizado por docentes expertos que interactúan con estudiantes que poseen una formación y recorrido profesional que también les da cierto expertise. Por lo tanto, en este nivel formativo superior, las clases (presencial o distancia) son espacios de aprendizaje mutuo. La diferencia entre los actores, puede ser ciertos conocimientos y prácticas, pero no posee la característica asimetría entre alumno y docente que se da en grado u otros niveles anteriores.

El aula de posgrado
Durante las clases se comparten "casos" y actividades propuestas para luego evaluar niveles de conocimiento / competencias / habilidades que no bastan con presguntas de opciones múltiples (POM). Evaluar un Informe; un Trabajo práctico; un Proyecto, e incluso un Foro de discusión, presenta a los doentes complejidades propias del contexto y del desafío formativo. Para ofrecer procesos de evaluación y aprendizajes profundos, ¿cuáles serían los criterios de formulación y corrección necesarios?

La clave es evitar experiencias en que, docentes y alumnos, observan una corrección/devolución con criterios tan diferenes que se crea la sensación de falta de objetividad (la cual no existe al 100%). O peor aún, en donde las evaluaciones dan la sensación de "parcialidad" y poca información para seguir aprendiendo.

En el aprendizaje adulto del posgrado, es central acordar los criterios de trabajo y corrección de los estudiantes, ya que ellos como expertos en el tema (juntamente con los profesores), tienen puntos de vista que pueden ser válidos y no coincidir con la cátedra. Buscar sistemas de calificación y retroalimentación claros; anticipar los pasos con precisión; apoyarse en los objetivos propuestos; etc. pueden colaborar en generar un espacio de aprendizaje permanente, cuando cualquier estudiante será capaz de anticipar el resultado de su entrega. 

Las guías de corrección
Ellas son, a modo de definición, una serie de criterios que deben contener los trabajos o entregas y que se corresponden, lo que es importante, con los explicitados en la unidad / actividad y consignas. Será perogrullo  pero, las diferencias de criterios de evaluación de un mismo trabajo es directamente proporcional a la cantidad de evaluadores multiplicado por los factores de Humor / Ánimo de corrección / Capacidad de concentración de cada uno.

Objetivar una entrega, con una guía de corrección, ayuda a ambos actores: profesor marca nivel y criterios que exige y el alumno (insisto, en posgrado) tiene el norte claro que se espera. Luego de entregar el trabajo, tiene una idea mas justa / precisa, de qué puede esperar de la devolución. 

Un caso de guía de corrección de vuestras propuestas de POM, revisando teoría y prácticas posibles en posgrado, podrían ser: (en este caso uso 10 ítems con un puntaje de 1 o 0, esto es, está o no está. (Puede usarse otra escala, pero como ejemplo creo que sirve).
  1. Presenta el objetivo de la evaluación
  2. Orienta al estudiante – aconseja – cómo leerla y/o responderla
  3. Establece ítems claros en su redacción
  4. Presente opciones de respuestas con complejidad suficiente para resolver
  5. Las preguntas refieren claramente a temas estudiados
  6. Pondera las preguntas y respuestas equilibradamente
  7. El tiempo de respuesta es acorde a la extensión de la evaluación
  8. La TIC aplicada es accesible desde cualquier dispositivo
  9. Identifica al estudiante con seguridad
  10. Cierra la evaluación explicando cómo continúa el proceso
Claro que, si les aplicamos a sus instrumentos esta guía de corrección, ahora, no obtendríamos los mismos resultados que si las consignas eran entregadas antes, por eso es recomendable el acuerdo previo, ya que la ventaja de comunicar a los estudiantes los criterios de corrección, los ayuda a prepararse. 

Importante: si bien parece conductista este tipo de guías, planteadas con cierta elaboración profunda, facilitan el aprendizaje y pueden ir elevando (el docente y los alumnos) el nivel de exigencia/desarrollo de la asignatura, para mejores aprendizajes contextualizados.

La razón de acordar: al construir con los alumnos estas guías de corrección, dado que ellos también poseen criterios que pueden iluminar la cuestión, al participar en cierta forma se hacen responsables del mínimo que ellos se plantean. Además, les ayuda a la autoevaluación y aprendizaje. Pero cuando pretendemos evaluar con mayor amplitud de escala y relacionarla con un nivel de desempeño gradual, no binario, necesitamos otro tipo de instrumento.

Las Rúbricas en aula
Las rúbricas para corrección, son otros tipos de instrumentos de evaluación, complejos pero más profundos, que también sirven a la asignatura. En este caso, los ítems poseen una escala de calificación, que además del puntaje, están relacionadas con logros desagregados. Por ejemplo, tomando la guía anterior el ítem 6 “Pondera las preguntas y respuestas equilibradamente”, podríamos evaluar de vuestros instrumentos una escala del tipo: No lo hace (0 puntos); Lo hace en algunos casos (0,5 puntos) y Lo hace en todas (1 punto).
Pero la rúbrica tiene algo más, esos grados en otro ítem, tiene otro tipo de caracterización.
A modo de ejemplo:
Ítem No (0) Algo (0,5) Todo (1)
1 Presenta el objetivo de la evaluación No están  Los presenta pero son confusos/incompletos Al presentar el objetivo, explicita al alumno lo que se espera y lo ayuda a focalizarse
6 Pondera las preguntas y respuestas equilibradamente No lo realiza en todo el cuestionario Lo aplica en algunas partes del cuestionario Lo aplica en todo el cuestionario

Claves para una evaluación

Además de los instrumentos que cada docente selecciona, existe un aspecto, más estratégico que operativo, a considerar: la propuesta de evaluación de la asignatura. Utilizar POM o sólo guías de corrección debe responder al enfoque pedagógico del profesor y que requiere una asignatura. A modo de propuesta, es conveniente, para cada unidad temática de la materia (obviamente adaptada al campo que se enseña): 

- A cada unidad temática incorporarle una autoevaluación inicial (POM) que permita al estudiante de posgrado identificar su nivel de conocimientos. En este caso, las preguntas han de estar elaboradas con cierta complejidad que favorezcan la reflexión y motiven el aprendizaje que ofrece el docente.
- Durante el desarrollo de la unidad, si utiliza Foros de Debate (o promueve ciertos debates presenciales), conviene que el mismo sea evaluado con una guía de corrección, de manera que todos puedan identificar niveles de logro y/o dónde debe seguir profundizando el aprendizaje.
- En las entregas de TPs o Informes, conviene apoyarse en Guías o Rúbricas, que favorezcan el proceso de aprendizaje. Si estos instrumentos son diseñados con ellos, se tiene la oportunidad de "acordar qué se evaluará y en qué nivel de complejidad/desarrollo. 

Construir una estrategia de evaluación (ofrecerle al alumno un proceso de enseñanza y aprendizaje asociado a ella) involucra a todos en el proceso siempre que el docente aproveche su propuesta para compartir su meta-evaluación, devolviendo a todos lo que se está aprendiendo; en razón de qué datos y cuales son los puntos/objetivos que aún no se están cumpliendo. De esta manera, es posible que alumnos y docente acuerden pasos a seguir en base a datos de la realidad, no a percepciones o pareceres. 

Para ampliar

Instrumentos +  Teoría

Qué dicen los expertos

Cómo construir una rúbrica con Rubistar

 

Cómo construir una rúbrica en Google Classroom


Cómo construir una rúbrica en Moodle

viernes, 8 de mayo de 2020

De la clase virtual a una asignatura en EaD en el nivel superior


Nos quedamos sin aulas 

El contexto actual provocó un cambio de las prácticas docentes, casi sin aviso, Quedamos aislados de nuestras aulas; materiales; carpetas; kits experimentales; etc Algunos docentes se preguntaban ¿cómo podemos enseñar’ y otros ¿podemos enseñar? No tengo datos, pero creo que la mayoría se hizo la primera.

Docentes y directivos asumieron el desafío con diferentes estrategias y tecnologías, retomaron “dar clase” enviando material; realizando videollamadas con alumnos/padres; etc. Y aparecieron muchos casos en donde no hay acceso a internet, o no saben cómo apoyarse en las TIC, agregando a esto que en cada hogar estaban todos pasando por algo parecido en un contexto económico complicado. 

En Inicial y Primaria los padres apoyaron la tarea docente para que sus hijos no perdieran el ritmo de las clases, y en Media, pareciera que era todo más fácil: los adolescentes suelen contar con su celular y lo pueden usar para acceder; compartir y aprender. ¿Ha sido tan así?
No tenemos datos precisos de qué ocurre y cuántos alumnos están aprendiendo hoy, cuántos tienen apoyo con recursos no digitales y, menos aún, no sabemos cómo se adaptaron los docentes a este cambio paradigma. Pasamos de dar clase presencialmente a distancia, pero no transformamos la cursada en una EaD con más de diez asignaturas por semana.

En el nivel superior los docentes al mudar clases presenciales a distancia, enfrentaron a desafíos en relación con el comportamiento de los alumnos, que seguramente tienen experiencia acotadas en estudiar en esta modalidad:
Que no prioricen esta modalidad, desvalorizando su potencial.
Aprovechen poco las clases con Video, no preparándose debidamente para cada encuentro.
Motivarlos a leer desde pantallas y no de apuntes
La situación familia / contexto personal de la que es complejo abstraerse
Mantener un interés en aprender alto, mientras se cursan otras asignaturas (¿sin coordinarse entre ellas?)
Que sus ocupaciones les permitan seguir adecuadamente el curso.

Dado lo anterior, comparto mi experiencia como forma de repensar con colegas lo que hoy estamos haciendo, cómo mejorar procesos en la formación de futuros docentes, y generar sinergias entre los Formadores de Formadores

Contextualizando el caso

Para Dentro de mi tarea como Formador de Formadores en los niveles superior y posgrado, enseño asignaturas prácticas/experimentales en un profesorado de Física (CABA). Al iniciar las clases estábamos cada uno en su casa. Durante 2019 estaba enseñé en “Taller de Construcción de material didáctico I y II” y “Didáctica especial de la Física”, según estos criterios: 

  a) Didácticos: Las clases son en laboratorio, utilizando los kits experimentales. Cada estudiante experimenta; discute y aprende (lo teórico y lo práctico) para luego realizar microprácticas con sus compañeros. Al final del día evaluamos aprendizajes registrando todo en el aula virtual Moodle. 
  b) Tecnológicos: Durante las dos horas de clase vuelcan en Plataforma imágenes; textos; videos; comentarios y consultas que serán desarrolladas en la siguiente clase. Los Kits se combinaban con los instrumentos creados para crear sus propias clases.
 c) Comunicacionales: El uso de mail y mensajería de Moodle apoyaron la estrategia de seguimiento: a los que participaban y/o asistían, como también a los que se ausentaban. 

Transición en asignaturas

Para cuando se planteó el aislamiento obligatorio, el laboratorio estaba listo pero inaccesible. En mi casa no tenía los recursos experimentales para “educar”. Lo realizado en 2019 y cierta experiencia de años en EaD, me enfrentaron a la primera pregunta ¿cómo hago para enseñar? 

Aunque uno tenga claro el plan del año era necesarios hacer las preguntas desde lo importante: ¿cómo se encuentran los alumnos que aún no conozco?, ¿dispondrán de conectividad y recursos para aprender?; ¿cómo podrán replicar prácticas experimentales desde sus hogares? 

Las primeras decisiones fueron:
  • Armar el aula como Entorno Virtual de Aprendizajes, no como repositorio de archivos, de modo que las actividades y recursos estuvieran a disposición de los alumnos desde el principio. 
  • Planear encuentros vía video que sirvan como espacio de aprendizaje y que complementa el proceso de enseñanza y aprendizaje mediado por la plataforma.
  • Anticipar intereses y necesidades, como estudiantes de un profesorado, con:
    • Encuesta de necesidades y Diagnóstico de conocimientos.
    • Foro de Bienvenida, en donde cada uno se presentó al resto del curso.
    • Primer encuentro por Video.
  • Reconfigurar la planificación y los prácticos teniendo en cuenta el material disponible en la web y lo que disponemos generalmente en los hogares.
La urgencia era iniciar las clases hasta que uno pueda tener claro el estado de situación de la Argentina, y la pregunta que estaba frente a mi como docente era: ¿daremos clases a distancia o terminaremos haciendo la cursada a distancia?  Lo importante, que los estudiantes participen del proceso sin perder de vista los objetivos y los criterios de trabajo, para formarse como docentes.

Reconfiguración de las asignaturas


El desafío de enseñar Física Experimental a distancia implicó repensar algunas cuestiones didácticas; tecnológicas y comunicacionales, que mantengan el foco en el aprendizaje de los alumnos y ordene la enseñanza en aula y los encuentros virtuales:



Didácticas
  • Los temas y experiencias deben ser realizables con material casero.
  • El aula seguirá siendo apoyo, la experiencia educativa seguirá siendo “personal”.
  • En el aula compartí contenidos (multiformato) y sus links.
  • La Clase en el aula contendrá teoría y las asignaciones (grupal/individual.).
  • La planificación tendrá cierta flexibilidad.
  • El día de clase nos reuniremos en Video (según horario presencial)
  • El encuentro debe reforzar una pregunta: ¿qué aprenderemos hoy?
  • Esquematicé el proceso así: 1) Clase en video (participación activa de alumnos); b) revisamos logros y aspectos a profundizar; c) evaluamos lo aprendido d) acordamos futura clase; e) registramos en el aula todo esto y presentamos los temas/actividades y consignas para la próxima.
  • Cada trabajo solicitado se entrega por aula y es evaluado (devolución detallada y calificación Aprobado/Rehacer, pues no interesa el Cumpli/miento. Si lleva calificación numérica nos apoyamos en Guía de Corrección, previamente acordada.
  • Explicitar a los estudiantes por qué estas y otras decisiones en EaD, de manera que puedan comprender “cómo se organiza una asignatura en distancia” y se lleva adelante día a día. 

Tecnológicas:
  • Incorporamos al aula Moodle otras tecnologías: simuladores; documentos GoogleDrive para el intercambio de las producciones.
  • Los encuentros los realizamos en Video Conferencia en tiempo real.
  • Para facilitar el repaso, cada video se graba y comparte en el aula dentro de las 24 hs terminada.
  • Realizamos una capacitación profunda en el uso de plataforma Moodle; uso de herramientas Google Drive.
  • Intercambiamos criterios de cómo utilizar aplicaciones de Videoconferencia para mejorar el desarrollo de una asignatura en Superior y Media.

Comunicacionales
  • El seguimiento de estudiantes se realiza semanalmente, revisando cómo está avanzando y/o qué necesidades tiene. 
  • En el Foro de Consulta pueden presentar inquietudes de la tarea asignada como en los conceptos que estamos trabajando.
  • Mantener informado al departamento del estado de los alumnos que ingresan y/o se desconectan más de una semana, para que lo puedan contactar y ofrecerles ayudas.
  • Formalizamos canales de comunicación y criterios de uso para orientar qué mensajes pueden ir por cada canal y en qué tiempos puede esperarse una respuesta.

A modo de síntesis

Si bien enseñar a distancia no es ajeno a mis prácticas docentes, revisando lo realizado en el comienzo de las tres asignaturas, rescato algunos aprendizajes que comparto:
  • Estructurar el proceso semanal de las clases en tres momentos: a) Previo a la clase; b) La clase en Video con todos conectados (y ser flexibles con los que no pudieron hacerlo); c) Definir lo que viene; para publicar en aula todo (video, contenidos, nuevas asignaciones) y seguimiento permanente. De esta forma puedo desarrollar hábitos en los alumnos.
  • No confiar en la tecnología y aprender con los alumnos a tener un plan B: a) Otras formas de conexión; b) Qué pasa si no participé en video; c) Compartir los links de video clases por otros canales, antes del día previsto, de modo que, si no poseen conexión desde PC, lo hagan por smartphone u otro dispositivo.
  • Incorporar prácticas potentes en tiempo real durante la clase: a) Trabajo colaborativo; b) Presentación de instrumental diseñado por cada alumno; c) Realizar experiencias con material propio.
  • Dar tiempo: aprender a dar tiempo a cada estudiante, que se pueda adaptar al cambio; al uso del aula y a mi propuesta.
  • Capacitar: evitar reducir las clases a los temas propios (la mayoría está inmersa en el sistema educativo enseñando y/o dando clases particulares) estando atento a cuestiones que emergen entre ellos y que requieren de una explicación (cómo configurar una videoclase); necesitan una orientación (cómo implementar un simulador de física) o demandan probar (un tipo de software). 
  • Contener: dar un tiempo en las videoclases para que alumnos y docentes intercambien (en un clima distendido y con buen humor) cómo se encuentran; cómo experimentan el proceso de enseñanza y el estado de la familia/contexto, en una situación de aislamiento.
  • Flexibilizar las entregas: cumplir con las tareas, para todos, depende de factores como conectividad y recursos funcionales. Hay que estar atento a incidentes tecnológicos que complican el desarrollo de una clase o de una video. Recordar, siempre tener plan B.

Retomando la pregunta del inicio, el tiempo obligó a dejar de “pensar sólo en dar las clases” para reflexionar cómo constituir cada asignatura en una de “cursada anual a distancia”, no como una suma de clases sino como proceso educativo que contribuya a desarrollar las competencias del futuro docente, sin importar la modalidad. Abandonar el enfoque remedial (sólo dar clase) por uno integral y estratégico (como si la asignatura fuera anual en EaD) generó estos aprendizajes.

lunes, 27 de abril de 2020

Cambiar o Hacer más de lo mismo en Educación (el día después del Aislamiento)



Cambiar o Hacer más de lo mismo
El presente contexto del covid19 obligó a docentes; familias y alumnos a incorporar a las TIC para estudiar y aprender, con una inmersión en ellas que nunca se hubiera conseguido en un proyecto en donde la presencialidad estuviera vigente.

Las tecnologías utilizadas por docentes y alumnos son variadas, desde videoconferencia hasta plataformas fueron algunas de las herramientas para la interacción audiovisual con otros. 

El concepto de Educación a Distancia tomó fuerza en el mundo y, en nuestro país, desafió a instituciones y personas la consideraron (y aún lo hacen) como una forma de enseñar menor, una modalidad de poca calidad; eficacia; significatividad; etc. Entre varios amigos colegas, las consultas se referían sólo a ¿qué plataforma conviene usar? Como si este cambio paradigmático se resolviera con un aula virtual.

¿Cuál ha sido el problema hasta hoy?
Pasar de presencial a distancia, sin planificación y/o capacidad de anticipación, obligó a usar las TIC para darle continuidad a la enseñanza; desde el nivel Inicial hasta el Posgrado. Quisiéramos o no, los docentes enfrentaron el desafío, una vez más de hacer posible el acto educativo, con aulas virtuales o no. Sin embargo, al intentar trasladar lo presencial a la distancia, demostró que modificar la propuesta pedagógica para alumnos es la clave para poder resolver esta cuestión. Ellos (alumnos, padres, docentes, instituciones, etc.) si o si, estarán atravesados por las tecnologías para enseñar, aprender y compartir. Todos requerimos de apoyos externos: en inicial y primaria de los padres; para todos la conectividad y contar con dispositivos digitales es clave. La accesibilidad a los contenidos tratados pedagógicamente son la punta del icberg.  Para todo ésto, muy pocos estaban debidamente preprarados. Alumnos sin acceso; equipos que no pueden conectarse a las propuestas enviadas; la sobre saturación de envíos; las agendas de videoconferencias superpuestas; etc. permitieron desarrollar experiencias educativas únicas, como el contexto actual de la eduación, desafiada por todos sus flancos.

Si alguien dijera cuál sería el mejor método para Implementar las TIC en un sistema educativo, seguramente traería al ruedo proyectos como el Plan Ceibal. Sin embargo, ¿es posible pensar que esta Pandemia ha convertido a nuestro sistema educativo en uno inmerso en las tecnologías de la información y comunicación para promover aprendizajes significativos? Aún estamos lejos.

Deberíamos revisar primero los criterios que implican que un sistema educativo (o un nivel o establecimiento) incorpore genuinamente a las TIC para enseñar y aprender. En el plan uruguayo mencionado, seguramente hay adaptaciones didácticas en donde en el aula presencial aparecen las herramientas. En un contexto de aislamiento que no tiene antecedentes, estamos todos desafiados a superarlo y aprender de esta experiencia.

Docentes que transforman sus clases en videoclases y/o envían material de estudio en diferentes formatos y por canales tecnológicos, son una parte de la realidad. Padres que no saben cómo hacer que sus hijos estudien; la complejida de abstaerse en este contexto; estudiantes que deben “estudiar solos; y el contexto familiar atravesado por un aislamiento total, sin dudas modifican las posibilidades de estudiar concentrado y dedicado. Si antes no se sabía estudiar en algunos niveles o era poca desarrollada esa capacidad como alumnos; hoy quedan expuestos problemas de “comprensión”; “redacción”; “elaboración” y “compartir” lo aprendido para mostrar avances significativos en los alumnos. 

Pero aún estamos en un sistema educativo “presencial” y cuando volvamos a las aulas ¿qué habremos aprendido de estas experiencias tensionantes entre el “dar clases” y el “aprender autónomo”? ¿En qué conviene que los docentes nos enfoquemos? Seguramente nuestras clases presenciales cambien poco y vuelvan a la "normalidad", osea que nada habrá cambiado y seguiremos haciendo más de lo mismo. ¿Puede ser que perdamos la oportunidad de mejorar la Educación en Argentina?

Reflexionando con los colegas sugiereon algunos criterios que nos pueden orientar por dónde comenzar a mejorar en las aulas en esta presencialidad “post-aislamiento”:
  • Rearmemos las conexiones entre personas - desde lo afectivo - construyendo un nuevo andamiaje de aprendizaje; contención y desafíos.
  • Revisemos con estudiantes qué habilidades cada uno desarrolló /descubrió en esta etapa de aislamiento, afirmando la importancia de "seguir aprendiendo a estudiar" pero conectados.
  • Encontremos dónde estuvieron las barreras de aprendizaje en relación con el campo del conocimiento; lo comunicacional; la propuesta didáctica y el uso de las tecnologías, ofreciendo institucionalmente los soportes necesarios para que las podamos superar (entre todos).
  • Intercambiemos con colegas aprendizajes y complicaciones comunes, trabajando con directivos para “aprender significativamente” las consecuencias de estas clases en el contexto inesperado. ¿Qué Buenas Prácticas pudimos desarrollar cada uno para enfrentar estos desafíos educativos?

La realidad nos ha enfrentado a cuestiones que rara vez nos planteamos como docentes, y aún quedan cuestiones como las calificaciones; acreditaciones; regularidad y aprobación de asignaturas /años, especialmente en los niveles Inicial, Primario y Medio. Tal vez en el superior se cuenten con más recursos y estrategias para garantizar parte de las”aprobación” y “regularidad” en las cursadas.

Cuando vuelvan las clases ¿qué haremos con los estudiantes en las aulas, más de lo mismo? ¿estamos planificando estrategias didácticas apoyadas en estas nuevas experienicas en asilamiento? ¿sólo nos preocuparemos por recuperar temas y tiempos en “tanta desconexión”?

Estamos frente a una oportunidad única, enseñar y aprender con los alumnos implementando tecnologías que ayuden - colaboren en el proceso educativo y, especialmente, ir pensando en lo que viene, mirando de reojo que haremos ese día después de la cuarentena. La respuesta puede ser “volver a hacer más de lo mismo” o “rediseñar nuestras propuestas” que consiga de los alumnos, que sean los actores principales del proceso educativo. 

Hace unos días un padre (colega y experto en esto de EaD), le preguntaba a sus hijos en edad escolar si extrañaban y desaban volver al colegio. La dura respuesta fué ¡no, no extraño a la escuela antigua!
Proponer cambios que coloquen al alumno en el centro del proceso, como actor principal, sea el primer cambio que los alumnos esperen de sus docentes, o mejor dicho, que ya están esperando.

lunes, 13 de abril de 2020

Desafíos a las prácticas docentes




Algunos desafíos para Enseñar y aprender en Cuarentena: (re)conectarnos con todos los alumnos

Hasta hace unas semanas nos encontrábamos todos en las aulas explicando y aprendiendo, trabajando con alumnos en espacios físicos que ordenaban los tiempos y las tareas. Cada uno tenía todo organizado, para poder anticipar la próxima clase, en el aula.


Este evento mundial de la Pandemia nos dejó sin próxima clase con las tareas y los recursos acostumbrados, de un sopetón. Comenzamos a enseñar con tecnologías de todo tipo, desde correos electrónicos hasta plataformas configuradas con video y recursos. Los expertos comenzaron a elaborar consejos, ofrecer tutoriales, realizar webinar sobre temas tecnopedagógicos para colegas y padres. Se multiplicaron los sitios de “contenidos”, explotaron las redes; las videoconferencias se nos metieron en cada propuesta educativa; etc.

Luego de las primeras semanas de enviar material digital y tareas para estudiar, dado que la cuarentena se amplía en el tiempo, ahora dedicamos más tiempo a repensar cuestiones que hacen a la educación (no a la transmisión de información).  ¿Estamos acompañando a los alumnos en los cursos de nivel medio o superior? ¿Cómo acompañamos a los padres que necesitamos se pongan el guardapolvo y hagan de docente en el nivel inicial o primario? ¿Cómo multiplicamos las experiencias didácticas para aprovechar de los aciertos y errores de los colegas?

Cambiaron las clases; cambiaron los hábitos familiares; y el aprendizaje. Tuvimos que empezar a explicar a adultos (padres) y jóvenes estudiantes qué es estudiar y cómo hacerlo. En la web estudiosos difundieron consejos o reglas y orientaciones para que los jóvenes puedan abstraerse y concentrarse como nunca lo habían experimentado en muchos casos, al estudiar a distancia (EaD).

La paradoja de la EaD es que se hace cercana cuando el docente está a tiro, está accesible en sus consignas; sus videos o audios enviados; en sus palabras de aliento; en sus propuestas educativas. ¿Dónde está el profesor se podía preguntar un alumno hace tiempo? Hoy saben que están ahí, asumiendo el desafío de pasar de lo presencial a la distancia, mientras aprende nuevas formas y tecnologías, para estar ahí, dónde cada alumno necesita. Enseñando a través de su propuesta educativa, reinventándose para que el alumno no pierda la regularidad; no pierda el ritmo.

Esto es lo que estamos haciendo, que los alumnos estudien y aprendan, no estamos instalando un sistema educativo a distancia permanente. El desafío asumido por los educadores ha sido no dejar a los alumnos solos, sin experiencias que les permitan continuar su escolaridad, que aún no está resuelta en este contexto único en la historia de la humanidad. De un día para otro, todos nos volvimos estudiantes y docentes a distancia.

Mientras en varias universidades, sus carreras a distancia ofrecen programas intensos y con pocas asignaturas por semana, los alumnos (especialmente en el nivel medio) afrontar un proceso de estudio intensivo y expansivo de hasta doce o trece asignaturas, según el caso. Y que ocurra en todo el sistema educativo de nivel Medio en un país, supera cualquier sistema de perfeccionamiento docente. Lo que no pudo hacer un proceso gradual de capacitación docente en tecnologías y mejoras de las estrategias didácticas, lo obligó el Covid19.

Instituciones y docentes ofrecen respuestas y se adaptan al contexto, variadas acciones en cada comunidad educativa permiten sostener “el dar clases” con el envío de material de estudio y recepción de actividades; conectándose por diferentes medios: aulas virtuales; redes sociales; correos electrónicos; plataformas; videoconferencias; etc. Pero ¿qué nos está faltando?
Todos estamos desafiados a ir por más, a enfrentar esta situación, anticipando algunas tensiones que antes en la presencialidad podíamos resolverlas de otras maneras. Por ejemplo:


a)       Quién está ahíLos alumnos que no se conectan, ¿cómo lo abordamos? Cuando en las aulas presenciales alguno se distraía, implementábamos algunas acciones propias del docente para hacer volver al estudiante a clase con la repregunta; la mirada; etc. ¿Qué ocurre con los que no se conectan o sus padres no pueden/no saben? La prioridad no sólo la tiene el alumno que responde, también debe tenerla el que aparentemente no está estudiando y/o enviando sus tareas ¿cómo podemos ayudarle en su proceso de crecimiento y maduración de los temas de la asignatura que va asimilando? Necesitamos que padres, docentes y directivos (adultos) aseguren que nadie quede solo. Perfeccionemos en cada institución un sistema de seguimiento integral, encuestemos familias para ver cómo están aprendiendo y veamos dónde encontramos los huecos que hemos de rellenar con más educación.

b)      Organización de tiemposLa cantidad de actividades y videos a cada grupo, asumiendo que, si un correo soporta más de 2 megas de archivos de texto, no podemos pensar que el alumno (los alumnos de un curso) es capaz de descargar y leer tanto material, mientras realiza la actividad de la asignatura (en paralelo con otras). En este punto los adultos (docentes, directivos y padres) necesitamos (re)organizarnos para que el famoso “horario de clases” (una agenda que propone un espacio y tiempo de estudios) se cumpla, de manera que todos tengamos un horizonte previsible. De esta forma podemos aceitar el canal de ida y vuelta, el de consulta a sus profesores para saber ¿cómo vamos? ¿estamos aprendiendo? ¿yo voy bien? Si antes contábamos con la mirada del grupo de estudiantes, ahora debemos recuperar sus miradas en una relación uno a uno y uno a muchos.

c)       La retroalimentación:  Ser docentes con todos y no dar por supuesto nada es parte de esta realidad. Necesitamos reescribir las consignas, dejar en claro que se espera de cada actividad y orientarles cómo hacerlas. Al dirigirnos a los padres, escribirles de adulto a adulo, ellos no saben de pedagogía. Rescatemos el valor de Aprender, no de cumplir con una actividad y/o cuestionario. Necesitan que se lo expliquemos con paciencia. Y para los alumnos, volver a enseñar a estudiar se ha vuelto un desafío que creíamos que estaba superado. Ser estudiante no implica que sepa qué y cómo estudiar, aún más en distancia y aislamiento. Formas de organizarse; manejo de los tiempos libres; cómo abstraerse y cómo aprender con otros son algunas de las cuestiones que los estudiantes (según en qué nivel educativo esté) necesita que les enseñemos y acompañemos cómo en su casa y en su situación ha de asumir el desafío de estudiar y aprender. En la comunicación ofrezcamos ánimo, que vean cómo los docentes estamos mirando lo que hacen y cómo van aprendiendo, que están logrando y que necesitan mejorar.

¿Se vienen tiempos en que debamos replantear el sistema educativo? Hace tiempo que los expertos lo afirman y esta es una oportunidad de re-aprender, de compartir y expandir el conocimiento de cómo estamos enseñando y cómo están aprendiendo los alumnos, en cada hogar. Lo que hacemos con los que no se conectan o no pueden; las alternativas de comunicación y seguimiento que ofrecemos se han de enfocar en que no queden alumnos sin aprender.

La respuesta la tienen docentes y directivos, haciendo lo que pueden hacer tan bien cuando se lo proponen: Trabajar en equipo, compartiendo avances; apoyando familias y estudiantes para que ellos puedan afirmar que “siempre mi docente estuvo ahí, durante la Pandemia”.
Es la oportunidad que tenemos para el estudiante "sea el actor principal en nuestras aulas"